Ya os hemos hablado con anterioridad del Sistema de Aislamiento Térmico Exterior (SATE). Como, poco a poco, se está consolidando como una de las soluciones más eficientes y versátiles en la construcción y rehabilitación de edificios, queremos explicaros hoy sus principales ventajas y algún inconveniente que puede tener su instalación.
Con la filosofía práctica que caracteriza nuestro blog, huyendo de excesivos tecnicismos que sólo interesan a los profesionales, lo primero que hay que destacar es que el Sistema de Aislamiento Térmico Exterior no solo mejora las prestaciones térmicas y acústicas de los inmuebles, sino que también representa una inversión inteligente gracias a su capacidad de amortización a medio y largo plazo. Y ya sabéis que siempre miramos mucho por vuestro bolsillo.
El SATE se basa en la instalación de paneles aislantes en la cara exterior de los muros del edificio, es decir, es un aislante externo que no «roba» espacio del interior de las viviendas. Estos paneles suelen estar fabricados de materiales como poliestireno expandido (EPS), lana mineral, poliuretano, o corcho, y se fijan mediante adhesivos, anclajes mecánicos o una combinación de ambos. Posteriormente, se recubren con varias capas de mortero armado con malla de refuerzo y un revestimiento final que puede ser decorativo y resistente a las inclemencias del tiempo. Quedaos con este concepto de «decorativo» porque el Sistema de Aislamiento Térmico Exterior nos permitirá no sólo mejorar el aislamiento de las viviendas, sino, también, hacer un edificio nuevo a nivel estético.
Una vez dicho todo esto, vamos a centrarnos en las ventajas, inconvenientes y el impacto económico que conlleva la apuesta por este Sistema de Aislamiento Térmico Exterior.
Ventajas del SATE:
Índice
- Eficiencia energética:
- Ya que el SATE reduce de forma importante las pérdidas de calor en invierno y minimiza la ganancia de calor en verano, no hace falta decir que disminuye la demanda energética del edificio. Ganamos no sólo en confort, también económicamente. Y, además, contribuye al cumplimiento de normativas como el Código Técnico de la Edificación (CTE) y los estándares de construcción sostenible.
- Confort acústico:
- Si importante es el aislamiento térmico, no lo es menos el acústico. En este sentido, los materiales aislantes del SATE también actúan como barrera frente al ruido exterior, mejorando el confort interior. No se puede pedir más, ¿no?
- Protección del edificio:
- El sistema protege los muros estructurales de las fluctuaciones térmicas y la humedad, prolongando su vida útil y reduciendo el riesgo de patologías como fisuras o condensaciones. Es decir, nuestro edificio durará más tiempo y en mejor estado, reduciendo su mantenimiento.
- Estética:
- Como hemos comentado, no sólo nos dará confort y ahorro monetario, ya que también permite una amplia gama de acabados y colores, ofreciendo posibilidades estéticas adaptadas a las preferencias del cliente. Un edificio «como nuevo» en todos los sentidos.
- Amortización de la inversión:
- Aunque la inversión inicial puede ser considerable, el ahorro energético en calefacción y refrigeración puede amortizar el coste en un periodo de 5 a 10 años, dependiendo de las condiciones climáticas y los hábitos de consumo. Y, no menos importante, incrementa el valor patrimonial del inmueble al mejorar su calificación energética.
Pero no todo son ventas. También hay algún inconveniente en el SATE.
- Coste inicial elevado:
- El SATE implica una inversión inicial significativa que puede desincentivar su adopción en proyectos con presupuestos limitados.
- Requerimientos técnicos:
- Su instalación requiere de mano de obra especializada para garantizar su eficacia y durabilidad. Póngase siempre en manos de profesionales.
- Mantenimiento:
- Si bien el sistema es duradero, requiere inspecciones periódicas para garantizar la integridad de los acabados y prevenir daños por impactos o condiciones meteorológicas adversas
Como nos preocupa vuestro bolsillo, queremos hacer énfasis en el ahorro y la amortización de esta inversión inicial. El ahorro energético derivado del uso del Sistema de Aislamiento Térmico Exterior puede oscilar entre un 30% y un 60%, dependiendo de la calidad del aislamiento y las condiciones específicas del edificio. Este ahorro se traduce en una reducción de las facturas de energía que, junto con los incentivos fiscales y ayudas para la eficiencia energética disponibles en muchas regiones, acelera el retorno de la inversión. Resultados asegurados en confort y ROI de la inversión. ¿No es perfecto?
En términos económicos, se estima que el coste del SATE puede recuperarse en un plazo promedio de 8 años, mientras que su vida útil supera los 25 años, lo que lo convierte en una opción rentable y sostenible a largo plazo.
En definitiva, podemos decir que el Sistema de Aislamiento Térmico Exterior es una solución técnica que combina eficiencia energética, mejora del confort acústico y protección de la envolvente del edificio. A pesar de sus inconvenientes, como el coste inicial y los requisitos técnicos, sus beneficios a largo plazo, tanto económicos como ambientales, justifican su implementación en una amplia variedad de proyectos. Una correcta evaluación técnica y financiera permitirá maximizar su potencial y garantizar el éxito de la inversión. ¿Os animáis a vivir mejor?