Ya llega el verano, el solecito y las piscinas… bueno éstas últimas dependerá de si Sanidad nos deja por culpa de maldito coronavirus. Pero vamos a pesar que sí podremos disfrutar la piscina. Optimismo ante todo, es de lo poco que nos queda. Así que, en previsión de que nos dejen darnos un bañito que nos quite el calor, os queremos hablar del mantenimiento de la piscina. Vamos a ello.
Tener una piscina privada es un privilegio. Llegas de trabajar, te das un chapuzón que te libra del calor… pero, eso sí, si quieres disfrutarla, acarrea también unas labores de mantenimiento. En un artículo anterior ya os hablamos de un aspecto muy concreto como fue reparar los problemas de impermeabilización con la poliurea para piscinas. Por eso hoy nos vamos a centrar en aspectos mucho más cotidianos del mantenimiento y que no requieren la intervención de profesionales. Vamos a centrarnos en dos aspectos: en los referentes a la depuración del agua y los más estrictamente procesos químicos que tenemos que cuidar si queremos un agua transparente y en perfecto estado de salubridad.
MANTENIMIENTO DE LA PISCINA: LA DEPURADORA
Índice
Sobre la depuración del agua, es un proceso mecánico que se realiza a través de la bomba de la piscina y los filtros. La bomba mueve el agua de la piscina hacia los filtros, estos limpian el agua, en muchas ocasiones con un sistema de arena, aunque también los hay de cartucho o diatomeas, y la devuelven limpia a la piscina. Cuando todo el agua de la piscina ha pasado por los filtros se dice que ha completado un ciclo. El número de ciclos dependerá del volumen de agua de la piscina y de la potencia de la bomba. Conociendo ambos aspectos, puedes hacer una sencilla división y te saldrá el número de horas que debe estar en funcionamiento la bomba para tener el agua perfecta. Por cierto, un truquillo, no está de más que la mantengas en funcionamiento un par de horas más, así te asegurarás un resultado óptimo.
TRATAMIENTO QUÍMICO DEL AGUA
Tan importante como un buen sistema de depuración, es el tratamiento químico del agua para el correcto mantenimiento de la piscina. Principalmente, consiste en controlar el PH del agua y el cloro. Pero hacerlo es muy sencillo, pues se venden unos kits con todo lo necesario. Básicamente consiste en tomar una muestra del agua, al menos a 50 centímetros de profundidad, añadirle unas gotas de reactivo y comprobar mediante los colores, el nivel de PH o cloro del agua. Eso sí, tras echar al agua los productos correctores, siempre hay que volver a realizar la medición para comprobar que todo está correcto.
Respecto al PH, los valores idóneos de una piscina oscilan entre 7,2 y 7,6%. Si se superan estos valores pueden aparecer bacterias perjudiciales y sin son más bajos puede conllevar irritaciones en ojos y piel para los bañistas. Por ello, deben controlarse estos valores. Algo parecido se debe realizar con el cloro, que debe oscilar entre 0,5 y 2 ppm. En caso de variaciones, deberán tomarse las medidas correctoras necesarias.
A todas estas labores de mantenimiento hay que añadirles otras accesorias, pero no menos importantes, como son los productos antialgas para evitar que aparezcan en la piscina, el floculante, un producto que provoca que partículas de arena o polvo se vayan al fondo y sean más fáciles de limpiar o el antical, para evitar que se acumule en las paredes y el fondo de la piscina.
Bueno, con todo esto ya tendremos la piscina perfecta todos los días. Eso sí, acordaos de la importancia de revisar y reparara cualquier problema de impermeabilización antes de llenarla. Ya sabéis, más vale prevenir…
¡¡¡A disfrutar de la piscina!!!
