Ya está aquí el habitual cambio de hora de invierno. Siempre se dice que tiene las horas contadas, pero en 2024 nadie nos va a librar de atrasar la hora de las tres a las dos. Amén de que anímicamente o físicamente afecta a unas personas más que a otras, se supone que hay un impacto energético del cambio de hora en los hogares y que, precisamente, por este motivo se realiza. Pero, ¿realmente hay un impacto energético del cambio de hora?
La teoría dice que el cambio de hora de invierno tiene como objetivo principal optimizar el uso de la luz solar natural, buscando así reducir el consumo de energía en los hogares y en la sociedad en general. Sin embargo, esta teoría es cuestionable y así se hace desde diferentes frentes ya que desde éstos se considera que en los hogares modernos no siempre resultan tan claros ni beneficiosos. Vamos a analizar realmente el impacto energético del cambio de hora en los hogares.
Los contrarios al cambio de hora invernal aducen que en el siglo XXI el consumo energético en los hogares ha cambiado, ya que las familias dependen de una amplia gama de dispositivos electrónicos y electrodomésticos, cuya demanda de energía no está tan directamente relacionada con el horario del día. Por ello, los contrarios aseguran que, aunque se logre un leve ahorro en iluminación durante las primeras horas del día, el impacto global en el consumo energético puede no ser tan significativo.
En referencia a un aspecto importante para los defensores del cambio de hora, como es el de la iluminación artificial, si bien es cierto que el cambio de hora permitir un menor uso de luz eléctrica por la mañana, este beneficio queda compensado por la necesidad de encender luces más temprano en la tarde, ya que oscurece antes. Entonces, la pregunta es, ¿en los hogares, hay más actividad por la mañana o por la tarde? Parece claro que, debido a que muchas personas están fuera de casa trabajando por la mañana, hay más vida hogareña por la tarde, lo que incrementa el uso de electricidad para iluminar el hogar y hacer funcionar electrodomésticos.
Otro aspecto a considerar es el impacto del cambio de hora en el uso de calefacción y climatización. En muchos hogares, el cambio de hora puede resultar en un mayor uso energético en las tardes y noches, que son los momentos donde las temperaturas disminuyen considerablemente y la familia suele estar más activa en el hogar.
Con todo ello, queda claro que, al menos, el cambio de hora invernal es cuestionable, y así lo han hecho muchos estudios oficiales. Por ejemplo, un informe del Departamento de Energía de Estados Unidos en 2008 concluyó que el ahorro energético relacionado con el cambio de hora es, en general, modesto, alrededor del 0.5% del consumo energético anual del país. Otros estudios realizados en Europa y otras regiones muestran resultados similares, donde los ahorros son insignificantes o incluso inexistentes.
Además, el uso de tecnologías de eficiencia energética, como bombillas LED, termostatos inteligentes y electrodomésticos de bajo consumo, ha reducido significativamente la necesidad de implementar medidas como el cambio de hora para lograr un ahorro energético sustancial. Los hogares modernos están mejor preparados para gestionar su consumo energético de manera más eficiente sin necesidad de depender de un cambio en el reloj.
Por ello, tras analizar someramente, en profundidad es imposible en estas líneas que, como siempre decimos, sólo quieren ayudaros, el impacto energético del cambio de hora, lo que se deduce es que habría que plantearse otras alternativas más interesantes que el cambio de hora. Como, por ejemplo:
Realizar un aislamiento térmico adecuado: Es indudable que mejorar el aislamiento de las viviendas reduce la pérdida de calor y disminuye la demanda de calefacción.
Fomentar el uso de energías renovables: Instalar paneles solares u otras fuentes de energía renovable, como la aerotermia o la geotermia, puede reducir la dependencia de la red eléctrica y los combustibles fósiles.
Dotar a los hogares de tecnología eficiente: No cabe duda de que equipar el hogar con electrodomésticos de bajo consumo y sistemas de iluminación eficientes, como bombillas LED, puede generar un ahorro notable sin la necesidad de alterar el horario.
Con todo lo planteado, podemos afirmar que el cambio de hora de invierno puede tener un impacto moderado en el consumo energético de los hogares, principalmente en lo que respecta a la iluminación. Sin embargo, su efectividad como medida de ahorro energético es limitada y, en muchos casos, ha sido superada por los avances tecnológicos y los cambios en los hábitos de consumo. Para lograr un verdadero ahorro de energía, es más efectivo que los hogares adopten tecnologías eficientes y prácticas sostenibles que optimicen el uso de la energía sin depender de una simple modificación en el reloj.
Y, ya sabéis, si necesitáis un asesoramiento profesional sobre la situación energética de vuestra vivienda y sus posibles soluciones, solo tenéis que poneros en contacto con nosotros.