¿Qué es una auditoría acústica? ¿Cuándo es obligado hacerla? ¿Quién debe realizarla? Estas son algunas de las preguntas que intentaremos contestar de forma rápida en este artículo. Porque, desgraciadamente, el ruido está de moda y es mucho más perjudicial de lo que nos podemos imaginar. Por algo le llaman la amenaza invisible.
¿Qué es una auditoría acústica?
Índice
Comencemos por el principio explicando qué es una auditoría acústica. Una auditoría acústica consiste en realizar sobre el terreno una medición de los ruidos con el fin de conocer los niveles de ruido y de aislamiento acústico de aquellas actividades que producen ruidos y vibraciones. Es una medida de autocontrol que debe realizar el titular de la actividad. Es un documento que se exige en algunas comunidades autónomas, como es la valenciana. En los casos en que son obligadas, la legislación exige que la medición se realice cuando el acondicionamiento del local está concluido y es requisito indispensable para obtener la licencia de apertura. Una vez concedida, la auditoría acústica debe renovarse cada cinco años.
¿Qué mide la auditoría acústica?
Tiene que medir diversos parámetros, pero entre ellos podemos destacar:
- Las condiciones de aislamiento de los elementos constructivos de la actividad.
- Identificar los principales focos de ruido.
- Comprobar el nivel sonoro en aquellos puntos donde se sitúen los receptores más cercanos.
- Medición en el interior de las instalaciones si existe un límite sonoro.
¿Cómo se hace una auditoría acústica?
Los profesionales acudirán al centro en cuestión con los aparatos necesarios con el fin de realizar las mediciones en los aislamientos acústicos, en los transmisores y el tiempo de reverberación. Tras el análisis de todos los datos, realizarán un informe y, en caso de ser necesarias, se propondrán las medidas correctoras necesarias y su forma de ejecución. Eso sí, siempre hay que asegurarse de trabajar con profesionales debidamente acreditados para poder ejercer esta labor.
No podemos olvidar que las enfermedades debidas al ruido son mucho más importantes y frecuentes de lo que parece. Por eso, las diferentes administraciones públicas tienden a ser más rigorosas y exigentes con el cumplimiento de toda la legislación referente al ruido.